El marketing político ha transformado la manera en que se compite por el poder en América Latina. Desde los pasillos del Congreso hasta los hilos de X (antes Twitter), candidatos y partidos apelan a nuevas técnicas para captar atención, votos y lealtades.
Pero ¿es esta herramienta una aliada para fortalecer la democracia o un arma de doble filo? En este artículo exploramos sus principales ventajas, riesgos y lo que podemos aprender de campañas recientes en la región.

Ventajas clave del Marketing Político
Microsegmentación quirúrgica:
El marketing político digital permite micro‑targeting. Plataformas como Meta Ads y TikTok Ads Delivery dividen al electorado por edad, zona y valores. En México 2024 se diseñaron 137 perfiles de votante distintos; cada uno recibió creativos diferentes.
Esta segmentación no solo afina los mensajes, sino que permite ahorrar recursos. ¿Para qué pautar un anuncio sobre seguridad en una zona donde el principal dolor es el desempleo juvenil? Con esta táctica, los equipos políticos priorizan el impacto sobre el gasto.

Visibilidad global en segundos:
Un clip viral basta para saltar fronteras. El spot “La motosierra de Milei” generó +42 M de views en Latinoamérica y apareció hasta en The Guardian. Ese tipo de visibilidad, antes reservada a medios masivos, ahora está al alcance de campañas con presupuesto limitado.
Además, este alcance no se limita al público objetivo. Los contenidos también moldean la percepción internacional del candidato o partido. Hoy, una campaña bien ejecutada en redes sociales puede escalar a trending topic regional en cuestión de minutos.

Construcción de imagen: coherencia como estrategia
Un mensaje fuerte necesita una imagen sólida. Nayib Bukele ha convertido su estilo en marca: moderno, directo y digital. Su presencia constante en redes sociales refuerza su narrativa de liderazgo millennial.
Esto no es casualidad: los equipos detrás de figuras como Bukele trabajan con principios de branding, igual que una marca comercial. Colores, tono, ritmo: todo está pensado para conectar, influenciar y fidelizar.

Desventajas clave del Marketing Político:
Todo un debate en 30 segundos
La simplificación de ideas para adaptarse a formatos virales puede hacer que los votantes consuman política como si fuera entretenimiento. Eslogan, música, risa, siguiente.
Esto afecta la calidad del debate público. El marketing político, si no se maneja con responsabilidad, puede convertir la política en un juego de percepciones, dejando fuera los contenidos de fondo que deberían importar.

Desinformación y manipulación: el lado oscuro del algoritmo
Durante las elecciones en México en 2024, se difundieron audios manipulados que atribuían falsamente declaraciones a la presidenta Claudia Sheinbaum. Herramientas como VerificAudio, desarrollada por PRISA Media, han sido fundamentales para identificar y combatir estos «deepfakes» de audio.
Cuando el marketing político cruza la línea y se convierte en guerra sucia digital, la democracia pierde. La rapidez con la que se propaga la desinformación supera a la capacidad de respuesta, y eso afecta decisiones clave del electorado.

Dependencia del “candidato-estrella”
En campañas donde todo gira en torno al candidato, cualquier crisis personal puede volverse terminal. Petro en Colombia enfrentó desgaste tras los escándalos ligados a su hijo, afectando la narrativa del “Gobierno del cambio”.
El marketing político centrado en la figura puede opacar a los equipos, las ideas y los proyectos a largo plazo. Cuando todo depende de una sola cara, el margen de error es mínimo y los riesgos son estructurales.

¿Cómo hacer un marketing político más ético?
- Establece principios claros de veracidad y transparencia.
- Equilibra el contenido emocional con propuestas claras y verificables.
- Invierte en equipos de fact-checking y respuesta rápida.
- Evita personalizar excesivamente los mensajes: enfócate también en el equipo y las políticas públicas.
El marketing político puede ser puente o barrera. Todo depende de cómo se use. Los ejemplos recientes en América Latina muestran su poder transformador, pero también sus peligros si se abusa de su alcance.