La izquierda peruana ha quedado malherida luego del gobierno del expresidente Pedro Castillo. Su complicidad partidaria, indiferencia y, en algunos casos, descarte de responsabilidad tras la quiebra del orden constitucional, dejaron una imagen negativa ante la ciudadanía. Peor aún, frente al desgobierno de su sucesora Dina Boluarte, las agrupaciones y líderes políticos de izquierda no han encontrado mejor estrategia que etiquetarla de manera inconsistente como una presidenta de derecha.
Desde el inicio del gobierno en 2021 hasta la fecha, el peruano de a pie no ha visto mejora alguna en su calidad de vida. El programa político de esta administración de izquierda no generó cambios sustanciales; en su lugar, la inseguridad ciudadana ha aumentado debido al crimen internacional y la economía familiar sigue sin mostrar signos de recuperación. Bajo este contexto, resulta pertinente preguntarse: ¿Cómo llega la izquierda peruana a las elecciones del 2026? ¿De qué manera piensa reconectar con su electorado? ¿En qué condiciones disputará la presidencia?
Algunos nombres ya han emergido, ya sea con respaldo partidario o de manera individual. Por un lado, Verónika Mendoza, con Nuevo Perú, podría conformar una alianza con el rector de la UNI, Alfonso López Chau. Sin embargo, esta síntesis entre un discurso dirigido a un sector acomodado limeño y otro orientado a sectores académicos difícilmente resultará atractiva para el electorado del sur andino, un bolsón clave para definir quién pasa a segunda vuelta desde la izquierda, como lo demostró la victoria de Castillo en 2021.
Por otro lado, figuran los candidatos de una izquierda más testimonial, representada por Guillermo Bermejo, Guido Bellido y Aníbal Torres. A pesar de que cada uno tiene su propio proyecto político en marcha, todavía están lejos de obtener un respaldo electoral significativo, probablemente debido a sus discursos retóricos y abstractos, alejados de una ciudadanía que exige pragmatismo político.
Finalmente, existen figuras que, aunque no pueden ser clasificadas estrictamente dentro de la izquierda, podrían captar parte de su electorado: Antauro Humala y Martín Vizcarra. A pesar de que ambos están, por el momento, apartados legalmente del proceso electoral, podrían encontrar vías express para concretar una postulación presidencial.
Mencionar a ambos en este análisis tiene sentido. Antauro Humala ha sido claro en su intención de aliarse con Juntos por el Perú para asegurar su postulación, mientras que Vizcarra, como ya demostró en su gobierno, es funcional al programa político de la izquierda limeña. Ambos comparten, además, una característica que los diferencia del resto de las tendencias mencionadas: entienden que los peruanos, en este momento, buscan un liderazgo rupturista, no meramente discursivo.
En definitiva, solo aquel candidato que logre demostrar voluntad de poder, dirección y capacidad de ejecución podrá alcanzar el sillón presidencial. La izquierda peruana, si aspira a ser competitiva en 2026, debe reflexionar seriamente sobre qué tipo de liderazgo y discurso ofrecerá a la ciudadanía.